domingo, 31 de mayo de 2009

Brihuega, sonidos de la guerra.


Nuestro último trabajo de campo nos llevó a la provincia de Guadalajara. Inicialmente la idea era localizar unos supuestos bunker utilizados por el bando republicano durante la guerra civil. La verdad es que vestigios de la contienda no encontramos demasiados, si bien el devenir de los hechos nos acabó reportando múltiples sorpresas, pero vayamos por partes.
A primera hora de la mañana llegamos a la localidad de Brihuega. Los alrededores de esta hermosa villa, se han visto sacudidos a lo largo de la historia por importantes batallas, así el 8 de diciembre de 1710, en el marco de la guerra de sucesión española (Borbones frente a Austrias), cerca de 2000 soldados perdieron la vida al atrincherarse las tropas inglesas en el pueblo. Se realizó una defensa desesperada de la villa, ya que las tropas franco españolas superaban en proporción de 5 a 1 a las inglesas, siendo bombardeada Brihuega con fuego de artillería mientras los defensores aniquilaban a las tropas que trataban de asaltar la plaza con fuego de granadas, hasta que se les acabo la pólvora y se vieron obligados a rendirse.

Posteriormente y desde el 8 al 14 de marzo de 1937, ya en el marco de nuestra guerra civil (batalla de Guadalajara), Brihuega se vio sacudida por otra cruenta batalla. Hemingway escribió sobre la misma “Fue una batalla de siete días, duramente disputada, con la lluvia y la nieve inutilizando la mayor parte del tiempo los transportes motorizados. El último día, durante el ataque final que rompe el frente de las tropas italianas y las pone en fuga, las condiciones atmosféricas apenas permiten a los aviones levantar vuelo; y ciento veinte aparatos, sesenta blindados y alrededor de diez mil soldados gubernamentales, derrotan a tres divisiones italianas de cinco mil hombres cada una. “Los bosques de encinas situados al nordeste del palacio de Ibarra, muy cerca de un brusco recodo de la carretera de Brihuega y Utande, todavía están llenos de muertos italianos que no han sido recogidos por los sepultureros; las huellas de los carros de asalto llevan al lugar en que murieron, no cobardemente, sino defendiendo posiciones hábilmente preparadas para ametralladoristas y fusileros, en las que fueron descubiertos por los carros de asalto y donde aún yacen”… “En el campo de batalla situado en las alturas que dominan Brihuega, estaban diseminadas cartas y papeles, mochilas, palas de cavar trincheras y por doquier los muertos”. Los caídos finalmente se cifraron en unos 3000 muertos de los batallones italianos y unos 2000 de las filas republicanas


Pues bien, nuestro primer destino en la localidad recogía parte de la historia de estas dos batallas, se trataba la Real Fábrica de Paños, construida entre 1750 y 1752 para resarcir a la villa por la guerra de Sucesión. La fábrica tuvo su periodo de esplendor entre 1768 y 1790, durante la Guerra de la Independencia fue esquilmada por las tropas francesas que la convirtieron en uno de sus cuarteles generales quedando definitivamente abandonada tras la guerra civil, donde fue objeto de severísimo bombardeo por las tropas republicanas.
Y lo cierto, es que como en alguna otra ocasión nos ha sucedido, nos llevamos una seria desilusión. Parte de la fábrica se ha restaurado, para ser convertida en apartamentos destinados al alojamiento de turistas, así como al comercio de artesanía y lo que otrora fuera su edificio más emblemático, conocido como "La Rotonda" se encuentra en un lamentable estado de abandono.
El acceso a la misma nos resulto imposible al estar cerrado por dos enormes puertas de madera, pero ello no impidió que pudiéramos obtener algunas fotografías así como el intento de obtener un registro parafónico que en este caso tuvo resultado negativo.








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