Fácil de leer, pues sin renunciar a la precisión su carácter es fundamentalmente divulgativo, y acompañado de múltiples ilustraciones, permite una aproximación rápida a la religión más antigua de todas las conocidas, el culto pagano.
Con una visión fundamentalmente antropológica (son continuas las referencias a Caro Baroja, Alice Murray y otros antropólogos de renombre) en sus primeros capítulos mantiene fundamentalmente que la “brujería” fue una manifestación previa a las religiones, un intento de controlar a las fuerzas de la naturaleza. La consolidación del cristianismo no solo como religión, sino como núcleo de poder, fue lo que motivó que el concepto de bruja acabara derivando hacia la figura de una aliada de Satán. Realmente fascinantes, los capítulos “las hijas del diablo”, “la inquisición entra en escena”, “matando brujas a martillazos” y “la sombra del torturador”, sin olvidar el último apartado en el que se hace una rápida revisión a la Wicca , como religión neopagana, al resurgir del chamanismo, a la reconstrucción de las religiones nórdicas (Asatrú) y a la reaparición del culto druida.
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